
EL MUSEO DEL PRADO – EXPOSICION V CENTENARIO DEL BOSCO
- Escrito por JT Espínola
- On 27 septiembre, 2016
El Museo Nacional del Prado, en Madrid, España, es uno de los más importantes del mundo, así como uno de los más visitados, el séptimo en 2016 entre los museos de arte. Singularmente rico en cuadros de maestros europeos de los siglos XVI al XIX, según el historiador del arte e hispanista Jonathan Brown «pocos se atreverían a poner en duda que es el museo más importante del mundo en pintura europea».
Su principal atractivo radica en la amplia presencia de Velázquez, el Greco, Goya (el artista más extensamente representado en el museo), Tiziano, Rubens y el Bosco, de los que posee las mejores y más extensas colecciones que existen a nivel mundial, a lo que hay que sumar destacados conjuntos de autores tan importantes como Murillo, Ribera, Zurbarán, Rafael, Veronese, Tintoretto, Van Dyck o Poussin, por citar solo algunos de los más relevantes.
Alfonso E. Pérez Sánchez, antiguo director de la institución, afirmaba que «representa a los ojos del mundo lo más significativo de nuestra cultura y lo más brillante y perdurable de nuestra historia».
Por crónicas limitaciones de espacio, el museo exhibía una selección de obras de máxima calidad (unas 900), por lo que era definido como «la mayor concentración de obras maestras por metro cuadrado». Con la ampliación de Rafael Moneo, se previó que la selección expuesta crecería en un 50 %, con unas 450 obras más. En julio de 2011, muy avanzada la reorganización de las salas, la exhibición permanente ha sumado unas 300 obras, por lo que el total expuesto llega a 1150. Además, en 2016 está prevista la reapertura de las salas del ático norte, y cuando se rehabilite el Salón de Reinos se colgarán en él entre 250 y 300 pinturas más.
El inventario de bienes artísticos comprendía, al cierre del ejercicio 2015, 27.509 objetos, desglosados en 7825 pinturas, 8637 dibujos, 5493 grabados y 34 matrices de estampación, 932 esculturas (además de 154 fragmentos), 1101 piezas de artes decorativas, 38 armas y armaduras, 2155 medallas y monedas, 981 fotografías, 4 libros y 155 mapas.
Al igual que otros grandes museos europeos, como el Louvre de París y los Uffizi de Florencia, el Prado debe su origen a la afición coleccionista de las dinastías gobernantes a lo largo de varios siglos. Refleja los gustos personales de los reyes españoles y su red de alianzas y sus enemistades políticas, por lo que es una colección asimétrica, insuperable en determinados artistas y estilos, y limitada en otros. Sólo desde el siglo XX se procura, con resultados desiguales, solventar las ausencias más notorias.
El Prado no es un museo enciclopédico al estilo del Museo del Louvre, el Hermitage, el Metropolitan, la National Gallery de Londres, o incluso (a una escala mucho más reducida) el vecino Museo Thyssen-Bornemisza, que tienen obras de prácticamente todas las escuelas y épocas. Por el contrario, es una colección intensa y distinguida, formada esencialmente por unos pocos reyes aficionados al arte, donde muchas obras fueron creadas por encargo.
El núcleo procedente de la Colección Real se ha ido complementando con aportaciones posteriores, que apenas han desdibujado su perfil inicial. Muchos expertos la consideran una colección «de pintores admirados por pintores», enseñanza inagotable para nuevas generaciones de artistas, desde Manet, Renoir y Toulouse-Lautrec, que visitaron el museo en el siglo XIX, hasta Picasso, Matisse, Dalí, Francis Bacon y Antonio Saura, quien decía: «Este museo no es el más extenso, pero sí el más intenso».
Las escuelas pictóricas de España, Flandes e Italia (sobre todo Venecia) ostentan el protagonismo en el Prado, seguidas por el fondo francés, más limitado si bien con buenos ejemplos de Nicolas Poussin y Claudio de Lorena. La pintura alemana cuenta con un repertorio discontinuo, con cuatro obras maestras de Durero y múltiples retratos de Mengs como principales tesoros. Junto al breve repertorio de pintura británica, circunscrito casi al género del retrato, hay que mencionar la pintura holandesa, una sección no demasiado amplia pero que incluye a Rembrandt.
Carlos V en la Batalla de Mühlberg.
Aunque sean aspectos menos conocidos, el museo cuenta también con una importante sección de Artes decorativas (Tesoro del Delfín) y con una colección de esculturas, en la que destacan las greco-romanas.
Junto con el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Nacional del Prado forma el llamado Triángulo del Arte, meca de numerosos turistas de todo el mundo. Esta área se enriquece con otras instituciones cercanas: el Museo Arqueológico Nacional, el Museo Nacional de Artes Decorativas, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y otros pequeños museos.
EL Museo del Prado acoge numerosas exposiciones cada año. Se siguen manteniendo los horarios de visitas gratuitas de lunes a sábado de 18 a 20h y Domingos y festivos de 17 a 19h. El precio de la entrada en horarios de mañana y tardes se establece en los 14€ tarifa normal.
Abierto
De lunes a sábado de 10.00 a 20.00 h;
Domingos y festivos de 10.00 a 19.00 h
Cerrado
1 de enero
1 de mayo
25 de diciembre
Horario reducido
6 de enero
24 y 31 de diciembre
De 10.00 a 14.00 h
Horario gratuito
De lunes a sábado de 18.00 a 20.00 h
Domingos y festivos de 17.00 a 19.00
La Pluma de Oro estuvo en la exposición del Jardín de los Sueños de Juan el Bosco que terminó el Domingo 25 de Septiembre(9-6 al 25-9-16) compartimos nuestra visita a tan magnífica exposición con los lectores de la Pluma de Oro.
El Bosco. La exposición del V centenario.
El Jardín de las Delicias (parte central tríptico)
El Museo del Prado y la Fundación BBVA conmemoran el V centenario del fallecimiento del Bosco con la primera muestra monográfica que se le dedica en España y la más completa y de mayor calidad realizada hasta la fecha. A la colección del Museo del Prado, la más numerosa y mejor del mundo y que incluye obras maestras como El jardín de las delicias, el Carro del Heno o la Adoración de los Magos, se suman préstamos reunidos por primera vez en esta exposición, como el Tríptico de las tentaciones de san Antonio Abad del Museu Nacional de Arte Antiga de Lisboa, el Cristo camino del Calvario de Patrimonio Nacional, la Coronación de espinas de la National Gallery de Londres y el dibujo del Hombre-árbol de la Albertina de Viena, una verdadera obra maestra.
Tríptico tentaciones de San Antonio Abad
El Museo del Prado presenta, con el patrocinio en exclusiva de la Fundación BBVA, hasta el 25 septiembre de 2016, la exposición que conmemora el V centenario de la muerte del Bosco, una ocasión irrepetible para disfrutar del extraordinario grupo de las ocho pinturas de su mano que se conservan en España junto a excelentes obras procedentes de colecciones y museos de todo el mundo. Se trata del repertorio más completo del Bosco, uno de los artistas más enigmáticos e influyentes del Renacimiento, que invita al público a adentrarse en su personal visión del mundo a través de un montaje expositivo espectacular que presenta exentos sus trípticos más relevantes para que se puedan contemplar tanto el anverso como el reverso.
El Bosco. La exposición del V centenario se centra en las obras originales de este artista y se articula en siete secciones. La primera: El Bosco y ‘s-Hertogenbosch, nos sitúa en la ciudad donde transcurrió su vida. Dado el carácter monográfico de la muestra, y ante la dificultad que plantea fijar su cronología, se ha distribuido su producción en seis secciones temáticas: Infancia y vida pública de Cristo, Los santos, Del Paraíso al Infierno, El jardín de las delicias, El mundo y el hombre: Pecados Capitales y obras profanas, y La Pasión de Cristo.
La exposición incluye asimismo obras realizadas en el taller del Bosco o por seguidores a partir de originales perdidos. Otro grupo de obras, entre las que figuran pinturas, miniaturas, grabados a buril de Alart du Hameel, relieves de Adrien van Wesel y el manuscrito del Comentario de la pintura de Felipe de Guevara, permitirá entender mejor el ambiente en el que se gestaron las pinturas del Bosco, la personalidad de alguno de sus patronos como Engelbert II de Nassau, o la valoración que se hacía de la pintura en el siglo XVI.
Gracias al interés que mostró por el Bosco Felipe II, España conserva el mayor conjunto de originales suyos y todos ellos figuran en la exposición. El Prado, heredero de la Colección Real junto con Patrimonio Nacional, custodia seis obras entre las que destacan los trípticos de El jardín de las delicias, la Adoración de los magos y el Carro de heno. A ellas se suman el Camino del Calvario de El Escorial -una obra que, gracias a la generosidad de Patrimonio Nacional, se traslada desde la muestra «El Bosco en El Escorial” para unirse la magna exposición del Museo del Prado- y San Juan Bautista de la Fundación Lázaro Galdiano, uno de los mejores frutos del afán coleccionista de don José Lázaro. Junto a estas obras, los préstamos procedentes de Lisboa, Londres, Berlín, Viena, Venecia, Rotterdam, París, Nueva York, Filadelfia o Washington, entre otras ciudades, hacen de esta muestra un acontecimiento único para sumergirse en el imaginario de uno de los pintores más fascinantes del arte universal.
El Jardín de las Delicias
La importancia de una exposición está en ella misma, en el provecho que público y especialistas pueden extraer de su contemplación. En este sentido, la que el Prado dedica al Bosco es no sólo importante sino también necesaria. La reunión por primera vez en un mismo espacio de la mayoría de sus obras maestras contribuirá decisivamente a dilucidar algunos de los interrogantes que aún planean sobre su obra, tanto a la hora de fijar su catálogo como a la de reconsiderar su cronología.
Esta campaña ha culminado, en los meses previos a la exposición, con la restauración de la Adoración de los magos, una de las obras maestras del artista, cuya belleza y calidad son ahora aún más evidentes, y las Tentaciones de san Antonio, que ha recuperado el remate de medio punto original, lo que permite comprender mejor la composición y valorar esta versión única de un tema tan repetido por el Bosco.
Tríptico de la Adoración de los Magos óleo sobre tabla 138 X 138cm
Además, el Museo del Prado, pionero en el estudio técnico de la pintura del Bosco, ha vuelto a analizar sus obras sirviéndose de los últimos avances. El visitante de esta exposición podrá contemplar parte de los resultados de este estudio en la reflectografía infrarroja y la radiografía de El jardín de las delicias, que permiten verificar el proceso creativo de la obra, con los sorprendentes cambios que el artista realizó desde que inició el dibujo subyacente hasta que concluyó la superficie pictórica. Los resultados de esta investigación sobre la obra del Bosco en el Prado, dirigida por Pilar Silva, se han incluido en el catálogo que acompaña a la muestra, en el que colaboran otros destacados especialistas en el Bosco como Eric de Bruyn, Paul Vandenbroeck, Larry Silver, Reindert Falkenburg y Fernando Checa.
Por otra parte, en el completo y extenso programa de actividades organizado en torno a la exposición a partir del 4 de julio se abrirá en la Sala C un espacio audiovisual titulado Jardín Infinito y creado especialmente por el artista Álvaro Perdices y el cineasta Andrés Sanz.
Sala exposición Jardín de las Delicias
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