
El Louvre: historia de un palacio que se convirtió en museo.
- Escrito por JT Espínola
- On 1 diciembre, 2017
El Museo del Louvre es un edificio que cumplió diferentes funciones. ¿Cómo fue la transformación de una fortaleza en un Museo Nacional?
el louvre en la edad media
Las excavaciones arqueológicas permitieron detectar que en el sector del Louvre hubo grupos cazadores recolectores. Estos ya ocupaban la cuenca parisina. Esa zona geográfica se convirtió rápidamente en una capital. En la Edad Media, el rey Felipe Augusto (1165-1223) hizo construir allí una fortaleza compuesta por un torreón y un recinto cuadrangular. El objetivo de esa fortaleza militar era reforzar la muralla construida en esa época y proteger a París.
LOS TRABAJOS DE CARLOS EL SABIO
Entre 1364 y 1380, Carlos V (1338-1380) hizo comenzar los trabajos para transformar el Louvre en un castillo. Ese proyecto estuvo a cargo del arquitecto Raymond Du Temple. El antiguo fuerte se convirtió en un lugar de residencia confortable que contiene apartamentos y lugares de entretenimiento. Se instala una biblioteca para el rey. A través de los siglos, esa colección se convirtió en la Biblioteca Nacional de Francia. Lamentablemente, las guerras, incluida la de los Cien Años, y el deseo de los nobles de alejarse de París, hizo que estos dejaran el Louvre y prefirieran castillos en el Valle del Loira.
FRANCISCO I Y EL NUEVO LOUVRE
Francisco I (1494-1547) es conocido por ser el soberano del Renacimiento. En su época se desarrollaron los castillos del Loira, y Francia conoció a Leonardo Da Vinci y su Gioconda. En esa época, el Castillo del Louvre iniciado por Carlos V se demolió y se reconstruyó. Se instalaron espacios de recepción para ejercer el poder. Catalina de Médici (1519-1589) también hizo construir el Palacio de las Tullerías. Luego llegó el rey Enrique IV (1553-1610), que hizo construir una gran galería entre el Palacio del Louvre y el Palacio de las Tullerías para circular entre el lugar de poder y sus apartamentos. La modernización que se puso en marcha en el Louvre se completaría recién durante el reinado de su nieto Luis XIV. Este le confía entonces la refacción del jardín a André el Nôtre, que luego se ocuparía de los trabajos de Versalles
LOS INICIOS DEL MUSEO DEL LOUVRE
Mientras la corte del Rey Sol se instalaba en Versalles, el Palacio del Louvre era ocupado por nobles, intelectual y artista que lo tomaban como su residencia. Estos últimos le presentaron al rey la propuesta de un proyecto de museo. A Luis XVI le encantó la idea y comenzó los trabajos de acondicionamiento. La Revolución Francesa precipitó la inauguración de la Gran Galería para el público. Allí se exponían las obras de las colecciones reales. Las colecciones crecieron con los años a partir de confiscaciones y victorias militares. Donaciones privadas le ofrecían también al Louvre la oportunidad de adquirir nuevas piezas. Mientras vivía en el palacio de las Tullerías, el emperador Napoleón Bonaparte (1769-1821) convirtió al Louvre en un gran museo con la ayuda de su primer director, Dominique Vivant Denon (1747-1825). Este organizó las colecciones. Más tarde, Carlos X (1757-1836) hizo construir una nueva galería a lo largo de Rivoli, paralela a la construida por iniciativa de Enrique IV. Allí se crearon los departamentos de antigüedades griegas y egipcias bajo la denominación Musée Charles X (Museo Carlos X). Durante el Segundo Imperio, el Louvre adquirió la forma que conocemos hoy. Él hizo construir dos cuerpos de edificios que rodean al Patio Napoleón, donde hoy se encuentra la Pirámide del Louvre. Se acondicionaron nuevas salas para el Museo del Louvre, que tenía oficinas para los ministerios, y se instalaron establos. Los trabajos se extendieron hasta las Tuillerías, que Napoléon III quería renovar, para lo cual primero se debía destruir la galería ubicada a lo largo del Sena. Lamentablemente, ese proyecto no se llevó a cabo debido a los acontecimientos de la Comuna durante los cuales se incendió el Palacio de las Tullerías.
EL GRAN LOUVRE
En 1981, François Mitterrand fue electo presidente de la República Francesa. La renovación del Museo del Louvre y su reacondicionamiento se confiaron al arquitecto Ieoh Ming Pei. Esos trabajos permitieron, entre otras cosas, la construcción de las pirámides y la ampliación de la entrada principal con el Carrusel del Louvre. El museo más grande del mundo abría entonces sus puertas para públicos nuevos. Los últimos grandes trabajos que marcaron al Louvre fueron los del acondicionamiento del Patio Visconti para instalar allí el departamento de Artes del Islam.
El Museo del Louvre es el museo más grande y visitado del mundo, con una gran cantidad de obras de arte, como las conocidísimas Mona Lisa o la Venus de Milo. Supone una visita cultural ineludible si se viaja a esta romántica y bohemia ciudad.
Los orígenes del edificio del Louvre se remontan al siglo XII cuando se construyó como una fortaleza. En el siglo XIV se cambió su utilidad para convertirse en Palacio Real donde monarcas como Francisco I, Carlos V y Felipe II guardaron sus obras de arte.
Fue en el siglo XV cuando se demolió parte de la fortaleza (se conservan los restos de la estructura de la base) y se construyó el ala que se extiende a lo largo de la orilla del Sena, trabajo que le dio el aspecto que presenta en la actualidad. A lo largo de los años fue sufriendo importantes mejoras y ampliaciones. Se abrió por primera vez al público como museo el 8 de noviembre de 1793.
El museo contiene unas 300.000 piezas que ha ido reuniendo desde que se inauguró en 1793, aunque sólo hay alrededor de 35.000 objetos expuestos permanentemente, repartidos en tres alas del edificio. La variedad de la colección abarca desde la prehistoria hasta el siglo 19. La gran mayoría de su colección se compone de esculturas europeas y cuadros, entre los que destacan los pertenecientes al renacimiento italiano. Otra parte de la colección está formada por arte romano, egipcio, griego y asiático.
En el patio del museo merece especial mención la gran pirámide de aluminio y vidrio, diseñada por el arquitecto Ieoh Ming Pei. Fue inaugurada en el año 1989 por el entonces presidente francés François Mitterrand y sirve como entrada al museo, evitando así las grandes colas que antes se producían. Esta estructura mide 21,6 metros, pesa 180 toneladas y tiene un total de 603 paneles de vidrio. La pirámide le da un contraste de modernidad y de clasicismo al Louvre.
Los 100 años de Pei, el hombre que diseñó la pirámide del Louvre.
Cuando el ex presidente François Mitterrand decidió encargarle el proyecto en 1983, Ieoh Ming Pei era casi un desconocido en Europa. El arquitecto chino-estadounidense había construido casi exclusivamente en Estados Unidos, pero el dirigente socialista apostó fuerte por él para la modernización del mayor museo del mundo, antiguo palacio de los reyes de Francia. Pei partió de una simple constatación: el Louvre era un «museo extraño» porque su entrada era lateral, lo que la hacía «invisible«. Necesitaba una entrada central, y el arquitecto se la dio: una pirámide de cristal de 21 metros de alto que, en plena explanada, daba acceso a un complejo subterráneo. Fue su primer proyecto en Europa e indignó a muchos franceses. Este miércoles, cuando Pei cumple 100 años, lleva ya mucho tiempo siendo un emblema de París.
Antes de todo eso, en un viaje a Washington, Miterrand había quedado seducido por la nueva ala de la National Gallery, que Pei construyó en 1978, cinco años antes de ganar el premio Pritzker, el Nobel de arquitectura. Por ello escogió a este arquitecto nacido en 1917 en Cantón (China) pero formado en el Instituto de Tecnología de Massachussetts y en Harvard, que fue pupilo de Walter Gropius, fundador de la escuela Bauhaus. Su proyecto despertó iras desde mucho antes de abrirse al público el 29 de marzo de 1989.
La presentación de la maqueta desencadenó una oleada de críticas dirigida por los diarios Le Monde y Le Fígaro. La polémica fue incluso mayor que la suscitada por el Centro Pompidou, inaugurado en 1977. Casi 30 años después, el ex ministro de Cultura Jack Lang aún se muestra «sorprendido por la violencia de los opositores» al proyecto, que alcanzó uno de sus picos en una vista ante la Comisión Superior de los Monumentos Históricos, en enero de 1984. «Fue una sesión terrible», explicó después el arquitecto sobre una sesión con comentarios rayanos con el racismo en la que no pudo ni presentar su proyecto. «¡Esto no es Dallas!», le llegó a gritar uno de los participantes.
«Pei había imaginado el vestíbulo bajo la pirámide como un espacio entre la ciudad y las colecciones, entre el exterior y las obras», recuerda el presidente del Louvre, Jean-Luc Martínez, que recientemente transformó este espacio con el beneplácito del arquitecto. ¿Por qué? El proyecto de Pei había sido concebido para recibir unos dos millones de personas al año, frente a los nueve millones actuales: «Se necesitaban ciertos cambios para devolver la pirámide a su público», explica Martínez, para quien la pirámide se ha convertido en el «símbolo de la modernidad del museo» y a la vez en «un emblema de París en el mundo». «La obra de Pei se elevó al rango de icono, como la Gioconda, La Venus de Milo o la Victoria de Samotracia«, obras estrella del museo, sostiene.
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