
Descubriendo a Dalí. El Surrealismo Arte pictorico
- Escrito por JT Espínola
- On 13 noviembre, 2018
El Surrealismo pictórico, es un movimiento artístico que surgió alrededor de 1924, llamada también por muchos, arte de la vanguardia, por su forma beligerante y por su energía experimental e innovadora, donde el artista expresa su mundo interno influido en el psicoanálisis de Freud y la doctrinas revolucionarias de la época, con nuevas formas extraídas del subconsciente, temas eminentemente oníricas, cortando en cierto modo, lo tradicional heredado del renacimiento y el realismo puro.
Salvador Dalí – «Premonición de la guerra civil» (1936)
El vocablo surrealismo proviene de francés “surréalisme”, que literalmente significa: “por encima de la realidad”, también es conocido como superrealismo. Ésta palabra lo utilizó por primera vez Apollinaire, en su drama titulado: “Las mamellas de Tiresias” (drama surrealista en 1917).
Inicialmente el surrealismo se originó en lo literario, que practicaban autores como Paul Eluard o Luis Aragón, André Breton, en el cine, el director Luis Buñuel, de igual modo en el teatro, publicidad, etc. Éste movimiento nació del Dadaísmo y se extendió aproximadamente hasta finales de la segunda guerra mundial (1924 -1946). De igual modo éste movimiento se puede remontar a las pinturas de “El Bosco” (entre los siglos XV y XVI), como los famosos “Jardín de la delicias” y “El carro de Heleno”.
Fue precisamente André Breton que reconoce con su publicación: “Manifiesto del Surrealista” (1924), donde comienza la era de esta nueva corriente, él estimaba que la situación de la posguerra, exigía un nuevo arte que investigara en lo más profundo del ser humano para comprender al hombre en su conjunto, siendo conocedor de Freud, pensó en la posibilidad que ofrecía el psicoanálisis, como método de creación artística.
Max Ernst – «El surrealismo y la pintura»
En 1928, André Breton escribió “El Surrealismo y la Pintura”, en el cual expresa sobre el inconsciente, la realidad, los deseos y los sueños; de igual forma, cómo el Surrealismo propone trasladar esas imágenes al mundo del arte, por medio de una asociación mental libre, que no presta atención a la razón o la conciencia, eligiendo como método el automatismo.
Para los artistas surrealistas, la obra emerge del automatismo puro, es decir, que la forma expresiva que nace, no está supeditado a ningún tipo de control de la mente, pretenden plasmar o captar formas abstractas o figurativas simbólicas, imágenes de la realidad más profunda del su ser, el subconsciente y onírico (mundo de los sueños), que es la característica principal.
El método del automatismo también divide dos caracteres de inspiración surrealista, el primero los que defienden el surrealismo abstracto, con creaciones figurativas propias, asociaciones de imágenes, que surgen de manera rápida, espontánea, fluida, sin hacer caso para nada de la coherencia y el sentido; dentro de ello se encuentran Joan Miró y André Masson. El segundo grupo, donde se interesaban por los sueños y el realismo mágico, es decir el surrealismo figurativo, cuyos exponentes: Salvador Dalí, René Magritte, Paul Delvaux, Yves Tanguy y Estéfano Viu. Max Ernst y Pablo Alonso Herraiz trabajaron en los dos modos.
René Magritte – «Intermissión»
El surrealismo, entendía en la existencia de otra realidad y en el pensamiento libre, se plasmaba realidades ilógicas, donde la razón no puede dominar al subconsciente, por ello los artistas expresaban el pensamiento oculto, con formas impropias y temas como:
- Metamorfosis.
- Máquinas fantásticas
- Relaciones entre desnudos y máquinas.
- Aislamiento de fragmentos aislados.
- Evocación del caos.
- Representación de autómatas.
- Espasmos.
- Perspectivas vacías.
- Elementos incongruentes.
- Realidades oníricas.
- Imágenes espeluznantes.
- Mutilaciones
- Animación de lo animado.
Representantes
Chagall, (1887 – 1985), presenta composiciones sacados de la realidad, pero dentro de un ambiente fantasioso, sus formas vuelan sobre el paisaje, en tal sentido evoca elementos reales de su tierra natal, pero la magia del sueño lo transmuta.
Max Ernst, (1891 – 1976), inicialmente figura del dadaísmo, posteriormente pasó al surrealismo, adaptador de técnicas, como el collage, la calcomanía y el fotomontaje surrealista y el inventor de la “técnica del frotagge”, que proporciona cualidades oníricas a sus obras, serie de paisajes fantásticos, realidades de extraños bosques pétreos, mezcla de poesía y pesadilla.
Joan Miró, (1893 – 1983), Gran representante de ésta corriente, cuyas pinturas se caracterizan por ser planas de colores puros, llenas de fantasía y alegría. Lúdica, lírica (el cielo , las estrellas y música), estilo simple, con formas biomorfas, dibujadas a manera infantil.
Masson, (1896 – 1987), que analiza la estructura del objeto para convertirlo en una fantasía intelectual, conjugando el color de una forma personal y valoración abstracta, que es lo que más le importa, es más vital, sin la angustiosa opresión de los demás del grupo.
Paul Delvaux, (1897 – 1994), obsesionado por la figura femenina ideal, desnuda o vestida, encontradas en espacios irreales, ejecutados con gran precisión.
René Magritte, (1898 – 1967), sus creaciones realizadas con mucha imaginación, pintura de gran realismo con objetos cotidianos; pero las combinaba de forma incongruente y absurda, cuerpos fragmentados, mezcla de humor y poesía.
Ives Tanguy, (1900 – 1985), obras que se caracterizan por sus misteriosos paisajes de sueño, fondos marinos, de otro planeta, sensación de infinito.
Ives Tanguy – «Indefinite divisibility» (1942)
Salvador Dalí, (1904 – 1989), el más extravagante de todo el grupo, basado en sus delirios y obsesiones, aplicando su método paranoico-crítico, caracterizado por una pintura academicista de gran exactitud, formas alargadas, descompuestas y muy llamativas. Su actitud narcisista y megalómana escandalizó a los surrealistas, hasta que lo expulsaron del grupo.
Roberto Matta, (1911), latinoamericano, considerado por muchos, el último surrealista contemporáneo, sus obras se caracterizan por sus formas abstractas, de colores brillantes y mucho movimiento.
Roberto Matta – «La familia»
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, los artistas surrealistas se dispersan, algunos de ellos como Breton, Ernst, Masson, abandonan París para trasladarse a Estados Unidos, donde esparraman semillas, base para los futuros movimientos americanos de posguerra.
El surrealismo hizo lo suyo, un sitio en la corriente artística de su época, en el plano del arte universal, con el pensamiento libre, que se asoció a la vanguardia, a su vez con el socialismo.
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