
Momentos, verano y relatos cortos 2018
- Escrito por JT Espínola
- On 28 junio, 2018
MOMENTOS, VERANO Y RELATOS CORTOS 2018
Un día leí algo sobre un crítico literario en un diario digital algo que me sorprendió sobremanera. En el comentaba con acidez sobre las capacidades de una aprendiz de escritora: nunca serás una buena escritora, pues no eres ni drogadicta, ni estás alcoholizada, ni eres lesbiana y. Y de él mismo reflexionaba: He fumado porros alguna vez, aunque no siento lo que dicen que hay que sentir, o sea, musiquillas celestiales mientras se flota en una especie de arco iris, dicen que real, todo con el objetivo de convertirme en buen escritor.
Otra vez, el novelista Juan Benet me afirmó, muy convencido, que, si era necesario, uno debía violar a su propia hermana para poder llegar a escribir bien. Me pasé una temporada preguntando a los escritores más o menos cotizados por qué escribían, y casi todos me miraron azorados ante tal tontería. Y es cierto: la pregunta es de lo más tonta, y no lo he comprendido hasta que me la han empezado a hacer a mí. Sin embargo, algunos escritores menos precavidos me elaboraban, sin darse cuenta, la sublime teoría del sufrimiento. Es decir, ellos eranartistas y creaban porque sufrían como locos en este maldito mundo de desdicha, y la angustia les afloraba con verbosidad por la boca entre trago y trago de whisky. Claro que esta angustia y esta profundísima sensibilidad no les privaban de mirar con cierta altanería al camarero fantasma que les servía el bourbon de turno.
En los últimos años he ido aprendiendo que nadie puede contestar por qué escribe. Ni por qué se escribe bien o mal. No me sirve la teoría de la violación a la hermana -pues el incesto no satisfecho es más viejo que la literatura escrita-, ni tampoco que las drogas, el alcoholismo o el homosexualismo sirven para escribir bien. De ser así, los sanatorios y manicomios estarían llenos de genios desaprovechados.
Vargas Llosa, impregnado de un sentido flaubertiano de la vida, cree que los escritores son como cuervos que se alimentan de la carroña de la infelicidad humana. En este sentido, todos los chismosos son cuervos y prefieren mil veces que le pasen desgracias al vecino antes que verle feliz. Pero no estoy muy segura de si todos sienten el ansia de escribir. Aunque, en parte, quizá esta definición se aproxime más a la realidad. Ya sé de tres personas que pretenden escribir un libro sobre el famoso crimen de la señora Vilá y sus hijos. Y también de un director de cine que ha patentizado el tema.
Sin embargo, sigo pensando que pocos escritores se atreven a reconocer el placer que comporta escribir. Placer variado, que va de la venganza a la sublimación. Pero no deja de ser un privilegio. Graham Greene afirma que escribir es una forma de terapia y que a veces se pregunta cómo se las arreglan los que no escriben, componen o pintan para escapar de la locura, la melancolía, el terror pánico inherente a la situación humana. Yo creo, si me permiten, que se las arreglan de diversas maneras y que hay gente que sabe hacer de la propia vida una obra de creación. Pero esto ya es otro tema.
Quizá lo que menos se perdone en este país, donde abundan tanto las catedrales góticas oscurísimas y el sentimiento trágico de la vida mal repartido, es que haya quien afirme que eso de escribir es un placer y un privilegio. No hay por qué contar las horas que los escritores se pasan ante el ordenador de escribir, porque puede ser tan terrible como las horas que un médico pierde intentando descifrar un diagnóstico incomprensible. No todo es sublime en la vida, ni el sufrimiento de los escritores es más estético porque se le eche más dolor.
A veces me pregunto por qué sólo son grandes temas en literatura la muerte o el paso del tiempo, mientras que la felicidad, siempre fugaz y efímera, pero no por ello menos luminosa, sólo queda para los mediocres seriales de la radio. En fin, con el tiempo he aprendido que ni el alcoholismo, ni las drogas, ni la homosexualidad no sentida son acicates imprescindibles para escribir bien. Y quizá no sean más que sucedáneos para los que no logran hacerlo. La única droga que no mata, el único amor que no te traiciona, el único alcohol que no te estropea el hígado, es la literatura. Lo único que te da la posibilidad de expresar los sentimientos más oscuros, más sórdidos y más sublimes al mismo tiempo. Y, cuando lo haces, te das cuenta de que no tienen tanta importancia. Es mi humilde opinión.
Relatos Pluma de Oro
Últimamente leí relatos de Edgar Allan Poe, “Las Aventuras de Arthur Gordon Pim”, recuerdo. Y, también, relatos como “La máscara de la muerte roja”, “El barril de amontillado”… De su obra poética conozco “El cuervo”, que es lo que conoce todo el mundo. Fue muy innovador, en su momento. Con un gusto, un estilo, un punto de vista, unos intereses… muy personales, para aquella época. Y los expresaba con desembarazo, sin parar mientes en si eran “canónicos” [Si los sancionaba el gusto, la tradición, los escritores consagrados…].
Es una gran virtud, esta independencia de juicio, en un escritor, por lo general, porque, aunque tengan limitaciones en cuanto a la vastedad de sus lecturas, nivel educativo, etc., siempre garantiza que, lo que leas de ellos no será una simple vuelta de tuerca sobre lo consagrado como “buena literatura”. En los escritores estadounidenses aparece bastante esta independencia, respecto a los valores literarios y culturales consagrados ( Whitman, William Faulkner, también la tenían]; no sé si eso tendrá que ver con la ausencia de una clase aristocrática, o una corte, que imponga un criterio respecto a lo que es bello, o meritorio, en literatura o en cualquier otro arte.
Y de ahí germinó el reto de escribir relatos cortos para la próxima temporada de la pluma de Oro que iniciaremos en Septiembre 2018 cumpliendo dos años la próxima temporada. El escribir relatos cortos como gimnasio literario para mis novelas, es lo que me va ocupar este interesante y tórrido verano, para ir cogiendo más horas literarias para seguir desarrollando mis novelas., que siguen cocinándose a fuego lento, curándose como jamones y en barricas de madera de roble, para pronto poder degustarlas. El objetivo es que sean “comestibles” para mí y por su puesto para mis invisibles lectores. Mis futuros hijos de papel deben estar a la altura de mis lectores, esa es mi exigencia. Como padre, estoy deseando verlos nacer y sentirlos míos.
Estoy en un momento de cambio, perfecto para experimentar y crear y dar rienda suelta a mis aficiones, y sin duda una de ellas es escribir y crear. Necesito recuperar la pasión (esta palabra sirve para todo lo que hago) y creo que ahora es el momento perfecto. Podría ser un salto al vacío, pero no me importa el riesgo. Eso lo pienso ahora que las condiciones son inmejorables… un buen desayuno con el azote de la brisa del mar, leer, escribir relatos (tengo más de 30 borradores), y dejando a un lado de todo lo que no me hace feliz. Si la felicidad si existe, hoy ha venido a saludarme. Espero vuelva a visitarme a menudo. A las visitas hay que tratarlas bien para que vuelvan, y está no puede ser más bella y especial.
La mayoría de la gente que empieza a escribir suele centrarse en escribir novelas. Lo que no se dan cuenta es del tiempo, el esfuerzo y la cantidad de páginas basura que hay que escribir antes de escribir un buen relato. Lo primero de todo es porque me gusta escribir. Me gusta crear una historia, me divierte escribir sobre ella y me apasiona descubrir el final. A veces lo tengo planificado, a veces no, pero el proceso de describirlo es siempre más impactante. Si supierais las vidas que vives escribiendo.
Escribir un relato corto es un proceso mucho más rápido que el de escribir una novela. Ahora es mi medio, para conseguir mi finalidad. Escribir novelas. A día de hoy, si me pongo al 100%, puedo tener un relato escrito y editado en una semana. ¿Cómo voy a rechazar la tentación de contar una historia en tan poco tiempo? Pero claro, yo ya he escrito casi 100 relatos en los últimos años…
Además, los relatos son la herramienta perfecta para crear una historia con su principio, su nudo y su desenlace en cuestión de días. Aprenderás de una manera fácil, sencilla y divertida cómo planificar una historia, cómo dividir la acción, cómo eliminar las partes supérfluas… A la hora de escribir cada escritor tiene su propia fórmula.. Sin embargo, hay ciertas pautas que pueden servirte como patrón. Te dejo varios blogs de pautas de cómo escribir un relato corto. Son consejos prácticos que a mí me han servido de inicio, y guía de apoyo. El talento o capacidad lo ponemos nosotros. Nada es sencillo y no todo viene en los manuales. Solo desarrolla tu pasión y dale forma literaria.
He disfrutado de una primera mitad del año 2018 muy interesante en cuanto a literatura. He escrito algunos cuentos, y borradores de relatos cortos. En septiembre ya iremos subiendo los primeros semanalmente. Están en barrica.
Sigo estructurando y organizando mis novelas. La realidad de este trabajo empezó en el desde 2012 perfilando algunos elementos e imaginando personajes y tramas, pero no ha sido hasta después del verano de 2014 cuando me he convencido a mí mismo de que la estaba escribiendo, de que no se trataba de un mero escenario imaginario de cartón piedra sobre el que fantasear. Es algo que avanza serio y va creciendo con buena salud.
Echando la vista atrás, desde la creación de la Pluma de Oro me asombro de todo lo que ha dado de sí estos dos años. Podría decir que para el 2018 sólo pido continuidad, pero tengo algunos planes concretos que plasmar a modo de propósitos para la nueva temporada que iniciaremos en septiembre.
52 relatos cortos para el blog. Significa mantener la publicación de uno por semana. Un reto. Si en este preciso momento cogiera un papel y un bolígrafo y me propusiera hacer una lista de temas interesantes a tratar sobre literatura, seguro que encontraría unos cuantos, pero ni mucho menos que uno por semana. Ese el reto.
Mejoras en la web. Me gustaría realizar algunas mejoras web que iremos añadiendo progresivamente y añadir determinadas secciones, como por ejemplo una agenda de eventos., productos de Merchandansing y otras importantes novedades. El diseño, administración y mantenimiento web, lo dejo en las mejores manos, la de mis amigos de tepublico.net, siempre desarrollando un inmejorable trabajo. Esta temporada más y mejor.
Estudio metódico de escritura. Uno nunca deja de aprender cómo escribir. Y aunque la mejor manera es escribiendo mucho y todos los días, seguir un curso bien planificado es también recomendable. Iremos subiendo más cursos sobre escritura literaria. E l placer de escribir.
Borradores mis novelas. Sí, ya que las he estructurado, quiero a lo largo de 2018-2023 ser capaz de ir escribiendo una por año. La planificación y organización están hechas. Es momento de dar vida a los borradores.
Mundo Dalí. Seguiremos descubriendo todo sobre Salvador Dalí, el auténtico mentor e impulsor de esta web. Daremos algunas ponencias y presentaciones para seguir conociendo al maestro.
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